Dice Patricio Zunini en su blog Hablando del asunto (mucho más que libros)
Los libros viejos y usados no sólo tienen el encanto de las hojas amarillas y el polvillo que te hace picar la nariz. Las hojas salidas, los párrafos marcados, las tapas con puntas gastadas relatan una vida plena que uno libro nuevo -que tiene otros encantos- todavía no pudo alcanzar.
Una de la cosas que me encanta es encontrar hojitas, secretos, papeles, tesoros que el libro fue atrapando mientras lo leías.
¿Es cierto o no que un libro viejo es la puerta hacia la melancolía desenfrenada?
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